
Del 5 al 9 de mayo se celebró la Asamblea Plenaria organizada por la UISG (Unión Internacional de Superioras Generales), con el lema: «La vida consagrada: una esperanza que transforma». Fueron cinco días de reflexión y compartir vividos en espíritu sinodal, utilizando también el método de la conversación en el Espíritu. En este importante evento, que reunió a unas 900 Superioras Generales de todo el mundo, participó también una representación de nuestro Dicasterio. A lo largo de las jornadas estuvieron presentes la Prefecta, Hna. Simona Brambilla, MC; los Subsecretarios Hna. Carmen Ros Nortes, NSC, y el P. Aitor Jiménez, CMF; la Dra. Daniela Leggio, Jefa de Sección; y algunas Oficiales del Dicasterio: Hna. Rosemary Rese, Hna. Leonor Botta, Hna. Cristiane Pieterzack y Hna. Suzanne Bahati.
«Al participar en algunos de los encuentros, experimenté un profundo sentido de unidad en nuestra diversidad», expresó la Hna. Rosemary Rese, del Instituto de las Hermanitas de los Pobres. «Unidas en el deseo de seguir a Cristo con fidelidad a su llamada, enriquecidas por la presencia de hermanas provenientes de muchas partes del mundo, caracterizadas por una diversidad de edades, carismas y experiencias».
También la Hna. Suzanne Bahati, de las Hermanas del Divino Salvador, compartió que vivió una experiencia maravillosa: «Hablamos de una esperanza que transforma, centrada en Jesús. Caminamos juntas en el espíritu de la sinodalidad como mujeres de fe, con la mirada puesta en un mismo horizonte, la esperanza nos permite llevar nueva vida a este mundo marcado por el sufrimiento, la desesperanza, la injusticia, la guerra, el hambre… Estamos llamadas a fortalecer la comunión profunda dentro de nuestra Congregación, de nuestras comunidades, y a vivir como la luna que ilumina sin opacar las estrellas».
Una experiencia de comunión que enriqueció a todas, como lo afirma la Hna. Cristiane Pieterzack, de las Hermanas Apóstoles de la Sagrada Familia: «Si tuviera que elegir entre todas las bellas impresiones que conservo en el corazón, diría que el carácter testimonial de quienes hablaron en la Asamblea me impactó profundamente. Es señal de que no solo las grandes ideas, sino también y sobre todo el testimonio verdadero, es capaz de conducirnos al Señor y de darnos la fuerza para anunciarlo al mundo».