Publicamos un fragmento de un artículo de Chiara Francesca Lacchini, monja clarisa capuchina del Monasterio de Primiero y presidenta de la Federación de Clarisas Capuchinas de Italia.
El texto completo se encuentra en el número de Sequela Christi 2023: «Artesanos de paz».
Bienaventurados los que trabajan por la paz: porque serán llamados hijos de Dios
¿Cómo no evocar el célebre diálogo sobre la verdadera alegría, en el que, en el punto culminante de una narración intensa y sugerente, Francisco resume magistralmente las duras experiencias del último tramo de su camino dentro de la fraternidad y comparte con fray León el momento culminante de su vivencia: ¿dónde se encuentra la verdadera paz?
Ante una puerta que permanece voluntariamente cerrada a la acogida y a la escucha, pero que no puede impedir que un corazón siga abierto, siempre y en todo momento, para reconocer y sentir a los demás como hermanos y hermanas.
Es esta la concepción de la paz que Francisco dirige a todos como saludo, y que se acerca mucho al significado hebreo de shalom.
El verdadero bien que se puede desear a una persona no es la ausencia de conflictos, sino la plenitud, y el anhelo de vivir de esa plenitud y de esa integridad que constituyen el sentido de su camino y de su vocación originaria.
De este modo, cada uno tiene la posibilidad de convertirse en artífice de paz, junto a todos aquellos que buscan construir un mundo de paz a partir de los pequeños gestos cotidianos —como un saludo ofrecido o recibido— o una actitud fraterna ante un rostro o un gesto hostil. […]
Construir la paz significa trabajar activamente con la fuerza del Espíritu, y este trabajo exige el valor de tomar decisiones a contracorriente, decisiones justas, sabiendo que ello requiere constancia y perseverancia en el bien, así como una lucha abierta contra el espíritu maligno, instigador de envidias y disputas.